Frontis del Cementerio General de Coayllo. |
Desde tempranas horas el cementerio general de Coayllo ha tenido gran movimiento de gente que llegaba en transporte público o particular, con el fin de visitar a sus difuntos. Hoy 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, es un día que se dedica a los que ya no están físicamente con nosotros pero que su recuerdo siempre perdura; se asiste al pie de la tumba del padre, madre, esposo(a), hermano(a), etc. para ponerle flores, prenderle una vela y elevar una plegaria por su eterno descanso. En Coayllo es una fecha muy especial, pues la familia de cada uno de los difuntos asiste masivamente y es una ocasión en que se produce el reencuentro de las familias y amigos.
Esta costumbre tradicional ha sufrido cambios, pues con la modernidad se ha perdido la costumbre de "velar", como lo hacían nuestros abuelos, que consistía en velar toda la noche la tumba de los difuntos. Hoy lo agitado de la vida hace que la gente asista al cementerio, ponga flores, encienda algunas velas y rece al pie de la tumba de sus difuntos e inmediatamente inicie el retorno, pues las obligaciones familiares y laborales así lo exigen.
Atrás quedó también el responso, pues las personas que se dedicaban a este oficio han fallecido y sólo ellos lo sabían hacer, pues el responso era en latín.
En este día los hijos, nietos, etc, se congregan al pie de la tumba de sus difuntos para recordar episodios de la vida o, anécdotas de sus seres queridos que ya no están presente. Si bien cambian las formas, en el fondo se mantiene esta tradición de recordar y mantener viva la memoria de cada uno de nuestros seres queridos que ya no están con nosotros.
Compartimos estas imágenes tomadas el día de hoy; y como dice el dicho "Una imagen vale más que mil palabras".
Todo fue válido para llegar a Coayllo: autos particulares, mototaxis, combis, etc. |
Encontramos a Olga Ramón Espichán poniendo flores a su mamá, Bernarda Espichán y su hermano Domingo Noé Ramón Espichán. |
Milagros y Karen Villalobos Yamacacho adornando con flores la tumba de nuestro recordado padre, Nicolás Villalobos Ramón. |
Este día uno recuerda con nostalgia a los seres queridos que ya partieron. |
Milagros y Karen Villalobos Yamacacho, posando para la foto del recuerdo. |
Ahora poniendo un poco más de flores a nuestros abuelos maternos, Pablo Yamacacho Ibarra y Victoria Reyes Villalobos. Nuestras tías ya se adelantaron y también les han puesto lindos ramos de flores. |
Juntos hasta después de la muerte, pues sólo la muerte los pudo separar después de más de 60 años de matrimonio. Pero ahora sus restos yacen juntos. |
Siempre recordamos a la abuela trabajadora, cuya vida era la chacra. No quería quedarse en casa, pues sus hijos le pedían que descanse, pero ella decía que no estaba enferma ni era ociosa. |
En estos días se produce el reencuentro de familiares y amigos, quienes coinciden al pie de la tumba de familiares difuntos comunes. |
La foto del recuerdo al pie de las tumbas de nuestros abuelos maternos, Victoria y Pablo. |
A pesar de ser entrada la tarde, la gente seguía llegando. Un buen día para los transportistas que hacen el servicio Mala-Coayllo. |
Ahora estamos poniendo flores a los hermanos de nuestro padre Nicolás, los tíos Guillermo y Genoveva Villalobos Ramón. Allí también están los restos de nuestra abuela paterna Claudia Ramón Napán. |
Nuestro abuelo Felicito Villalobos está sepultado en Lima, en el Cementerio Presbítero Matías Maestro. |
Todo el día hubo afluencia de público que venía a poner flores a sus difuntos. |
La gente viene con su familia, con los hijos y nietos. |
Desde lejos vienen los hijos, hermanos, etc. a visitar a sus difuntos, poner una flor, encender una vela y elevar una plegaria por el que ya no está más en este mundo |
Carmen Napán Yamacacho, recordando al tío Nicolás. |
Es inevitable contener la emoción y el dolor por la pérdida de un familiar recientemente fallecido. |
La gente utiliza sus vehículos particulares o públicos para llegar a Coayllo. |
Algunos se bajan en la Plaza de Armas para almorzar y luego dirigirse al cementerio a poner flores a sus difuntos. |
Dos de nuestras tías, Edumilia y Juana Yamacacho Reyes, almorzando luego de estar toda la mañana en el cementerio poniendo flores y rezando a los familiares difuntos. |
Coincidimos con la tía Arsedia Quiroz y su hija, quienes también almorzaban en este día de todos los santos. |
TEXTOS: GLADIS Y VILMER VILLALOBOS YAMACACHO
IMÁGENES Y EDICIÓN: BLOG/ FACEBOOK UQUIRA TIERRA DE NÍSPEROS
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