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Hermanos Lucio y Edumilia Yamacacho Reyes,
remembrando sus épocas escolares.
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Por Gladis Villalobos Yamacacho.
He recibido de manera personal agradecimientos y comentarios positivos por el primer artículo, que ha despertado recuerdos gratos de muchos pobladores de Uquira de diferentes generaciones. Todas las personas han coincidido en decirme que han estudiado en tal año, con tales personas, la manera como era la enseñanza, entre otras cosas.
Tuve la suerte de tener hace poco en casa a mis tíos Lucio y Edumilia “Nila” Yamacacho Reyes y aproveché para entrevistarlos. Ellos evocaron sus años de estudiantes y emocionados me contaron anécdotas y nombres de las personas con que compartieron estas antiguas aulas. Por ejemplo, Lucio Yamacacho recuerda haber compartido aula con Juan Villalobos, Herminio Quiroz, Zacarías Quiroz, Eleodoro Caycho, Allerico Villalobos, los hermanos Aristino, Crisóstomo y Pascual Belleza, Gregorio Belleza, Juan Acuña Reyna, Guillermo Villalobos, Santiago Quiroz, Santos Quiroz, Fulgencio Vega, Isidoro Acuña, Gabriel Acuña y Eleazar Acuña. No sólo los hombres estudiaban, sino también muchas mujeres como Emma Suyo, Porfiria Suyo, Claudina Chumpitaz, Antonia Quiroz, Elena Reyna, Paula Acuña, Agripina Acuña, Rosa Napán, Magdalena Ramón, Urbana Quiroz, Petronila Belleza Yamacacho, Arsedia Quiroz, Lidulvina “Dulva” Espilco, Dora Vega entre otros. También aprendieron sus primeras letras los hermanos de Lucio como Juana, Román, Edumilia, Macedonia, Valentín y Dominica Yamacacho Reyes. No sólo ellos, sino los hijos de las diferentes familias de Uquira se educaron en esta tradicional escuelita; asistían desde el mayor hasta el último hijo o hija. Seguro que no son todos, pues el tiempo y la memoria no son leales con mi tío.
Cuenta Lucio Yamacacho Reyes que empezó a estudiar a fines de la década de los treinta, la enseñanza era bien rigurosa y, como castigos para aquellos que no daban correctamente la lección, se los mandaba al rincón a arrodillarse en una “alfombra de cascajos”, se le daba palmetazos o azotaba con el San Martín. El alumno que sabía más era el encargado de castigar a sus compañeros por orden del profesor o profesora.
A fin de año los alumnos eran evaluados públicamente por un jurado especial que venían de Coayllo ó Asia, con presencia de los padres. Claro que los estudiantes querían lucirse ante sus padres y debían dar muy bien la lección. Los alumnos estudiaban en Uquira hasta el tercer grado porque a partir del cuarto grado pasaban a Coayllo. Además estudiar en Coayllo era como estar en la secundaria y acudían a pie todos los días.
Mi tío Lucio recuerda que sacaron diploma de primer y segundo puesto Pascual Belleza, Porfirio Suyo y Elena Reyna entre otros.
Mi tío se emociona y recuerda que ese año pasaron a Coayllo además de él, Eleodoro Caycho, Aristino Belleza, Zacarias Quiroz, Santos Quiroz, Gregorio Belleza, Juan Acuña, Arsedia Quiroz y Antonia Quiroz.
Mi tío recuerda también que hubo algunos que no pasaban de grado y siempre repetían, hasta que se daban por vencidos y desertaban de la escuela.
Entre las profesoras que recuerda mi tío están las hermanas Rosa Elvira y, María De La Roca. También recuerda a la Profesora Emma.
Lucio Yamacacho evoca con nostalgia esas épocas y más aún, al recordar que compartió estas aulas con la que llegaría a ser el amor de su vida, su difunta esposa Lidulvina “Dulva” Espilco. Además, recuerda con orgullo que su hermano Valentín Yamacacho Reyes y Oscar Villalobos fueron los únicos que concluyeron con éxito sus estudios primarios, y fueron becados para estudiar la secundaria en el glorioso Colegio “Nuestra Señora de Guadalupe”, hoy uno de los colegios emblemáticos de la capital.
Otra “camada” (generación) de uquiranos que pasó por estas históricas aulas fueron los contemporáneos de mi hermano Nicolás Villalobos Yamacacho. Él recuerda haber estudiado y compartido aulas con Jacinto, Lucha, Delia y Oswaldo Ramón Espichán; también con Gustavo Quiroz, Héctor Ramón Quiroz, Donato Vega, Obdulia Quiroz y mi otro hermano Elmer Villalobos Yamacacho entre otros. Como anécdota me contó que venían también a estudiar gente de Huavinchurco, Yesera, Guañañabe y Cata, y traían su “fiambre”, pues había horario partido para poder almorzar. Además recuerda que en aquella época no se conocían las mochilas sino que las madres hacían a sus hijos e hijas su “morral”.
Nicolás recuerda a la maestra Tarcila Ponce de León; en aquella época era costumbre que las familias pidieran a las maestras que enseñaban en Uquira, sean las madrinas de sus hijos o les ponían el nombre de ellas a sus hijas. La maestra Tarcila Ponce de León fue madrina de mis hermanos Nicolás y Vilmer Villalobos Yamacacho.
La escuelita de Uquira es el Alma Mater de diversas generaciones de nuestro pueblo, aquí bebieron del conocimiento y la educación cívica gente que hoy son exitosos técnicos, reconocidos profesionales, emprendedores empresarios y mejores ciudadanos, orgullo de sus familias y de su pueblo.
Parece que fue ayer cuando estudiaba en esta linda escuelita y aun recuerdo sus ventanas abiertas por donde atisbaban nuestros familiares y nos brindaban un gesto de cariño.
Pronto habrá sorpresas para la escuelita de mi niñez, Alma Mater de Uquira.
