Esta es una recopilación de uno de los cuentos que mi mamita Victoria, me contaba durante mi niñez, ya que viví con mis abuelos Pablo Yamacacho Ibarra y Victoria Reyes Villalobos en Uquira.
Mi mamita me narraba los cuentos muy temprano, pues por su edad, en horas de la madrugada, ya estaba despierta y en ese momento me relataba estas historias que en muchos casos eran improvisadas por ella, o los había escuchado de sus mayores (padres), los cuales también los habían escuchado de los suyos.
Añoro esta costumbre familiar, pues era una manera de mantener unida a la familia a través del relato de los cuentos que les servía además, para transmitir sus ideas, valores, enseñanzas, etc., que ahora se ha perdido debido al cambio de costumbres, la tecnología, etc. Sin embargo, les invito a retomar la costumbre de relatar los cuentos a nuestros hijos, nietos o sobrinos, y de esta manera, mantendremos unida a nuestra familia.
Este es el primer cuento, de una serie que periódicamente iremos publicando. Son recopilaciones y adaptaciones de los cuentos tradicionales de Uquira, y que lo escuché de pequeña de mi mamita Victoria; es en su memoria y como gratitud por haber sido una abuela amorosa, alegre y muy conversadora.
EL GALLINAZO PREGUNTÓN
Había una vez un carnicero que todas las noches tendía su carne en el cordel de su patio. Pero al día siguiente, encontraba que le faltaban varios trozos de carne, y así pasaron los días y el carnicero muy disgustado decidió hacer guardia para conocer quién se robaba los trozos de carnes todas las noches.
Una noche se preparó para esperar y sorprender al ladrón. Casi al amanecer, cuando ya se estaba quedando dormido de cansancio y frío alcanzó a ver a un gallinazo que ya se llevaba un trozo de carne. Entonces, cogió una piedra y la lanzó al animal cayéndole en su pata izquierda.
El gallinazo con su pata rota escapó. Estuvo enfermo y no pudo salvar su pata, que fue cortada para salvar su vida. El gallinazo al ver que le hacía falta su pata, se mandó a hacer una pata de cera. Un día muy caluroso, al mediodía, el gallinazo se paró en una enorme y caliente piedra a descansar después de volar en busca de su alimento diario. Su pata, que era de cera, al contacto con la piedra caliente, empezó a derretirse y el gallinazo preguntó:
-¿Piedra, tan valiente eres que derrites mi pie de cerita?
La pìedra contestó:
-Más valiente es el sol que me calienta a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Sol tan valiente eres que calientas piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y el sol contestó:
- Más valiente es la nube que me tapa a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Nube tan valiente eres que tapas sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y la nube contestó:
- Más valiente es el viento que me carga a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Viento tan valiente eres que cargas nube, nube que tapa sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y el viento contestó:
- Más valiente es la pared que me tapa a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Pared tan valiente eres que tapas viento, viento que carga nube, nube que tapa sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y la pared contestó:
- Más valiente es el pericote que me agujerea a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- Pericote tan valiente eres que agujereas pared, pared que tapa viento, viento que carga nube, nube que tapa sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y el pericote contestó:
- Más valiente es el gato que me come a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Gato tan valiente eres que comes pericote, pericote que agujerea pared, pared que tapas viento, viento que cargas nube, nube que tapas sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y el gato contestó:
- Más valiente es el palo que me mata a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Palo tan valiente eres que matas gato, gato que come pericote, pericote que agujerea pared, pared que tapa viento, viento que carga nube, nube que tapa sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y el palo contestó:
- Más valiente es la candela que me quema a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Candela tan valiente eres que quemas palo, palo que mata gato, gato que come pericote, pericote que agujerea pared, pared que tapa viento, viento que carga nube, nube que tapa sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y la candela contestó:
- Más valiente es el agua que me apaga a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Agua tan valiente eres que apagas candela, candela que quema palo, palo que mata gato, gato que come pericote, pericote que agujerea pared, pared que tapa viento, viento que carga nube, nube que tapa sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y el agua contestó:
- Más valiente es el buey que me toma a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Buey tan valiente eres que tomas agua, agua que apaga candela, candela que quema palo, palo que mata gato, gato que come pericote, pericote que agujerea pared, pared que tapa viento, viento que carga nube, nube que tapa sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y el buey contestó:
- Más valiente es el cuchillo que me mata a mí.
Y el gallinazo preguntó:
- ¿Cuchillo tan valiente eres que matas buey, buey que toma agua, agua que apaga candela, candela que quema palo, palo que mata gato, gato que come pericote, pericote que agujerea pared, pared que tapa viento, viento que carga nube, nube que tapa sol, sol que calienta piedra, piedra que derrite mi pie de cerita?
Y el cuchillo contestó:
- Más valiente es el herrero que me hace a mí.
Y el gallinazo preguntó:
-¿Herrero?
Y no siguió preguntando porque de tanto preguntar no se dió cuenta que su pata de cera se derritió por completo.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
CRÉDITOS:
Recopilación: Gladis Villalobos Yamacacho.
Textos y adaptación: Vilmer Villalobos Yamacacho.
Dibujo: Gitano (José Cornejo Dominguez- Lic. en Educación por el Arte).
A mi abuela, Cecilia Zapata, la llamaron la cuentera del pueblo. Era maravillosa, su alma vive dentro de mi espíritu, y esta tradición era uno de sus pasatiempos favoritos. Cuando nos visitaba, el alborozo se adueñaba del pueblo, al comienzo del crepúsculo, mi abuela empezaba a contarnos sus fábulas mientras la luna brillaba y las estrellas titilaban. Los vecinos le traían tabaco, y el aroma del café y el chocolate perfumaba la calle. los niños y sus padres llegaban con pan reciñe asado, biscochos y tostadas y todos la rodeaban mientras la noche avanzaba sin que nadie se percatara de su ritmo. De pronto cantaba el gallo y entonces todos despertaban de la alucinación de la bruma creada por el escenario de fantasía de los cuentos que ella saboreaba, cantando y a veces bailando mientras los narraba debajo de un cielo de verano repleto de nubes de algodón que sonreían y escuchaban en silencio.
ResponderEliminarGracias por publicar este hermoso cuento que me transporta a mi tierra natal.